"El equilibrio es una ilusión. El camino hacia la redención es interminable, pero no significa que no valga la pena caminarlo." - Raziel (Legacy of Kain: Soul Reaver)
La depresión es la negación completa de tu persona. Por eso, no sirve de nada decirle a alguien que está deprimido: "Anímate, sal, alégrate", porque esa persona no sabe cómo hacerlo. Es consciente de que no puede hacerlo, y eso solo aumenta su frustración. Lo único necesario cuando alguien está en depresión es escuchar y estar a su lado. La depresión se ha convertido en una crisis de salud pública debido, en gran parte, a nuestro estilo de vida. Vivimos en una sociedad individualista, aislada de la unión, con modelos de cuerpo y éxito inalcanzables que no reflejan la realidad.
En mi momento más bajo, cuando el abismo era más grande y vivía rodeado de oscuridad, no podía evitar recordar los videojuegos. Adentrarme en sus historias me hacía olvidar todo aquello que pretendía hundirme y, sin darme cuenta, aquellos pensamientos a los que me aferraba parecían diluirse cuando dejaba de prestarles atención. Explorar sus mundos y enfrentarme a problemas que podía solucionar por mí mismo, me hacía reconocer esa misma voluntad para enfrentarme al día a día. Ningún problema es más grande que yo, pero yo mismo puedo convertirme en el mayor de mis problemas. Tener la sensación de estar en un entorno controlado en el que el fracaso es aceptado y aceptable, puede hacerte ver las cosas con otra perspectiva.
No obstante, había días en que jugar a juegos con desafíos mayores empeoraba mi estado de ánimo. A pesar de mi esfuerzo por completar el juego y alcanzar los objetivos, la sensación de que todo había sido en vano me invadía, como si mi dedicación no valiera la pena. En lugar de ofrecerme una sensación de logro, las dificultades dentro del juego acentuaban mis inseguridades y frustraciones. Cada error se sentía como un reflejo de mis propias limitaciones, aumentando mi sensación de inutilidad. De hecho, un estudio publicado en la revista Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking encontró que los videojuegos pueden afectar negativamente el estado emocional de algunos jugadores, especialmente cuando los desafíos no se perciben como superables, contribuyendo a sentimientos de frustración e impotencia. Esta desconexión entre el esfuerzo y la recompensa en el juego amplificaba la desesperanza que ya experimentaba en mi vida diaria.
A pesar de esto, múltiples estudios hablan de los efectos positivos que pueden tener los videojuegos en personas con ciertos trastornos. Jane McGonigal explica en un artículo de Slate que la inclusión del uso de videojuegos en las terapias de salud mental no es algo nuevo, tanto en la ansiedad como en la depresión. Según varios estudios, los videojuegos estimulan dos regiones importantes del cerebro: la asociada con la motivación y los objetivos, y la asociada con el aprendizaje y la memoria. Por lo tanto, la estructura desafío-recompensa de los videojuegos resulta especialmente efectiva. Los videojuegos pueden proporcionar un entorno seguro y controlado donde los jugadores practican habilidades para la resolución de problemas, aumentan su resistencia emocional y desarrollan una mayor capacidad para enfrentar desafíos. Además, algunos juegos están diseñados específicamente para mejorar el estado de ánimo y reducir los síntomas de ansiedad y depresión. Un estudio realizado por la Universidad de California encontró que estos juegos pueden ser tan efectivos como la terapia, ofreciendo una forma interactiva que puede complementar otros tratamientos tradicionales.
En los últimos años, ha habido un aumento en el número de videojuegos que abordan temas de salud mental, aunque todavía representan una minoría en comparación con la totalidad de juegos disponibles. Algunos de los títulos que mencionaré han sido elogiados por su tratamiento sensible y realista de cuestiones como la psicosis, la depresión y el duelo. Estos juegos no solo ofrecen entretenimiento, también promueven la comprensión y la empatía hacia quienes enfrentan estos desafíos. Aunque el número de estos juegos está creciendo, aún queda mucho por hacer para que la salud mental sea un tema más ampliamente explorado y comprendido en la industria de los videojuegos. Aquí están algunos de los juegos que han abordado estas temáticas:
CELESTE: Aborda la ansiedad y la depresión a través de la historia de Madeline, una joven que escala una montaña simbólica de sus luchas internas. La narrativa y las mecánicas de juego reflejan sus desafíos emocionales, destacando la importancia de la autoaceptación y la superación personal.
HELLBLADE: Aborda la psicosis/esquizofrenia a través de Senua, una guerrera celta. El juego transmite de manera visceral la experiencia de vivir con este trastorno, mostrando el impacto del estigma y la incomprensión.
THE LAST OF US PART II: Explora las consecuencias emocionales y psicológicas de la violencia y la pérdida, especialmente a través del personaje de Ellie. El juego muestra cómo estos eventos afectan su vida y sus relaciones, ofreciendo una profunda comprensión del dolor y la lucha interna.
SPEC OPS: THE LINE: Examina el impacto psicológico de la guerra en los soldados, con un enfoque en las consecuencias del Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) y la moralidad en tiempos de conflicto. La narrativa muestra cómo los horrores de la guerra afectan profundamente a los personajes, cuestionando la ética y las decisiones en situaciones extremas.
Aunque estos juegos puedan lograr representaciones con mayor o menor acierto, forman parte de los cimientos necesarios para normalizar las enfermedades mentales. Para muchas personas, estos juegos no solo proporcionan entretenimiento, también ofrecen un valioso consuelo y una forma de entender y manejar sus propias experiencias. Al presentar personajes y situaciones que reflejan luchas mentales, los videojuegos ayudan a desestigmatizar estas condiciones y a crear un espacio seguro para quienes las padecen.
En mi caso, los videojuegos jugaron un papel importante en mi vida, pero ¿fueron los videojuegos los que me curaron la depresión? No, claro que no. Sin embargo, los videojuegos me ayudaron a evitar caer en un pozo aún más profundo. Es fundamental entender que los videojuegos, aunque útiles como una herramienta adicional, nunca podrán sustituir la terapia profesional ni la supervisión de un especialista. La intervención de un psicólogo o terapeuta es crucial para abordar las raíces del problema y trabajar en una recuperación duradera. Los videojuegos pueden complementar el tratamiento, haciéndolo más llevadero y proporcionando un alivio temporal, pero siempre deben ser vistos como un apoyo que refuerza el proceso terapéutico, no como un reemplazo.
Para finalizar, me gustaría compartirles un último pensamiento. Pretender ser feliz siempre no solo es irrealizable, sino peligroso y opresivo. Vivimos en un mundo de dicotomías y los sentimientos negativos también son parte del juego, pero no tienen por qué consumirte. Más importante que la búsqueda incesante de una felicidad constante es, creo yo, alcanzar una serenidad que te permita moverte entre extremos. Nadie está a salvo de la ansiedad o la depresión.
Si estás en esta situación, si tienes depresión, si estás leyendo esto, lo único que te puedo decir es que te entiendo y que de esto se sale. Yo lo conseguí y, seguramente, tú también podrás. No es fácil, para nada fácil, pero nada que merece la pena en esta vida es fácil de conseguir. Recuerda, eres más fuerte de lo que crees, siempre eres más fuerte de lo que crees. Si lo necesitas, pide ayuda. No te avergüences de hacerlo porque no eres más débil por pedirla. No pasa nada por hablar sobre esto, no pasa nada por sentirse mal, por abrirse, expresar y enfrentar los problemas.
Con estas palabras no pretendo sentar cátedra ni decirle a nadie qué debe hacer o cómo debe manejar sus propios sentimientos. Mi única intención es transmitir un mensaje de esperanza a todo aquel que lo esté buscando y dejarles una reflexión final: Aquel que tiene la capacidad para hundirse en lo más profundo, tiene la misma capacidad para elevarse más alto de lo que jamás habría imaginado.