
En la industria de los videojuegos, la creatividad es el punto de partida que impulsa cada proyecto. Sin embargo, transformar esas ideas en experiencias jugables representa un desafío enorme y, sin el respaldo adecuado, incluso las propuestas más prometedoras pueden quedarse estancadas en el proceso de desarrollo. No obstante, el financiamiento por sí solo no asegura el éxito; cuando las expectativas de los inversionistas no coinciden plenamente con la realidad del proceso de creación del juego, pueden surgir tensiones que resulten en la cancelación de proyectos potencialmente exitosos. ¿Es cuestión de visión, planificación o expectativas poco realistas las que terminan frenando el avance?
Cuando las promesas no son suficientes
El discurso inicial en busca de financiamiento a menudo rebosa entusiasmo y a veces promete mucho más de lo que puede lograr. Se presentan conceptos innovadores y mecánicas revolucionarias que pretenden motivar a inversionistas -en algunos casos sin experiencia- haciéndoles creer que podrían respaldar el próximo Grand Theft Auto, que ha generado más de 8.000 millones de dólares, o Fortnite o Minecraft. Sin embargo, en la práctica el proceso de desarrollo suele ser caótico. Errores inesperados como bugs, cambios de tendencia o preferencias del mercado, o problemas de gestión pueden convertir un proyecto que parecía tener un gran futuro en una producción interminable.
El camino hacia el éxito se basa tanto en la creatividad como en la capacidad de gestión. Ejemplos como Cuphead o Hollow Knight demuestran cómo una relación sólida puede llevar al éxito comercial. Sin embargo, casos como el de No Man's Sky muestran los peligros de crear expectativas poco realistas. En su lanzamiento inicial, el juego estuvo por debajo de lo que se había prometido originalmente, dañando su reputación y poniendo de manifiesto las consecuencias de una mala gestión por hype. A pesar de eso, el juego consiguió recuperarse gracias a las actualizaciones constantes, aunque el impacto inicial fue complicado de remediar.
En Colombia, estudios como Teravision, C2 Game y Bacon Games han logrado atraer inversión internacional; sin embargo, el camino no ha sido fácil. Según palabras de Eva Colasso, cocreadora de BW Studios: "El mayor obstáculo es demostrar que un estudio de desarrollo en Colombia puede ser una inversión viable y escalable”. Muchos inversionistas desconocen el potencial del mercado de videojuegos en la región o prefieren modelos de negocios más convencionales y se vuelve un gran desafío justificar el retorno de inversión en una industria donde los éxitos son impredecibles.
CrisTales, considerado por muchos el caso de éxito del país, es un claro ejemplo de los desafíos que enfrentan muchas empresas emergentes hoy en día. Los retrasos y cambios en la producción para mejorar la calidad del juego tuvieron un impacto en su planificación financiera. La presión por demostrar tracción temprana sin tener los recursos suficientes, a menudo lleva a muchos estudios nuevos en una situación complicada.
Visión creativa vs presiones comerciales
Uno de los desafíos más importantes es mantener una visión creativa clara en medio de las demandas comerciales, ya que la idea de crear un juego innovador puede desvanecerse si se basa únicamente en indicadores financieros. Algunos desarrolladores han encontrado formas de integrar la creatividad con modelos sostenibles desde el inicio del proceso. Jairo Nieto, cofundador de Bacon Games, plantea que estas visiones no deben estar enfrentadas: “Nuestra filosofía siempre ha sido que queremos que nuestros juegos lleguen a la mayor cantidad de pantallas posibles, y para eso tenemos que ser comercialmente viables. Cuando buscamos socios estratégicos siempre lo hacemos ya teniendo claridad de cuál es el modelo de negocio y cómo ya está integrado en la creatividad”.
En la misma línea de pensamiento y reflexión sobre el tema empresarial se expresa Carlos Rocha, CEO de Dreams Uncorporated, quien señala: “El problema con las expectativas comerciales ocurre en los tiempos de lanzamiento, que tenga X cosas, que saquen más demos, siendo el mayor contraste en temas de producción que en decisiones creativas”. Este alineamiento temprano entre la creatividad y los intereses comerciales no solo ayuda a prevenir conflictos internos, también facilita el avance del proyecto de manera más coherente y armoniosa. Además, permite que la visión artística se mantenga intacta sin comprometerla al ser enmarcada dentro de objetivos realistas y alcanzables en el tiempo.
Crunch: La sombra inevitable del desarrollo
La presión económica lleva a muchos estudios a recurrir al “crunch": extenuantes jornadas laborales para cumplir fechas de entrega fijas e inamovibles. Casos como Cyberpunk 2077 han demostrado que esta práctica puede afectar tanto en la calidad del producto como en la salud del equipo. Sin embargo, algunos estudios han encontrado maneras de evitarlo mediante una planificación más realista y metodologías ágiles que permitan realizar ajustes sin comprometer el desarrollo.
Eva Colasso destaca la importancia de manejar la carga laboral intensiva de manera efectiva: “En ocasiones hemos experimentado periodos de elevada demandante laboral, pero procuramos evitar el crunch como una práctica recurrente. La clave ha sido establecer planes realistas sin comprometer demasiado y velar por el bienestar del equipo. Cuando resulta inevitable, nos aseguramos de compensarlo mediante descansos y ajustes posteriores para mantener un ritmo laboral saludable.”
Además del estrés por las fechas límite ajustadas en el desarrollo de videojuegos, la financiación también añade una presión adicional a estos proyectos. Luis Correa, CEO de C2 Game, destaca que: “Si no cumples un milestone, no te pagan, y el estudio empieza a desangrarse. En ese punto, cumplir los objetivos deja de ser una meta para convertirse en una cuestión de supervivencia del estudio”.